Fachada del Colegio de San Gregorio |
El Colegio de San Gregorio es uno de
los edificios que sirven de sede al Museo Nacional de Escultura Policromada. La
primera sede del museo fue el Colegio Mayor de Santa Cruz, en el que se instaló
en 1842, sus fondos procedían en su mayor parte del resultado de la
desamortización realizada por el ministro Mendizábal en 1836, según la cual,
pasaban a ser propiedad del Estado los tesoros artísticos de los conventos.
Hacia el año 1933, en plena II República, se le elevó la categoría a la de
Museo Nacional y se trasladó al Colegio de San Gregorio, donde fue ampliada su
colección con obras procedentes del Museo del Prado.
El Colegio de San Gregorio es uno de
los mejores ejemplos de la arquitectura en la época de los Reyes Católicos,
destacando particularmente su claustro y su portada por su refinada
ornamentación, elegantes proporciones, y simbología del poder. Después de la
fundación de la Universidad de Valladolid se potenció la aparición de centros
colegiales que complementasen la actividad universitaria, con este fin fueron
creados en Valladolid a finales del siglo XV el Colegio de San Gregorio y el
Colegio Mayor de Santa Cruz.
Planta del Colegio |
En febrero de 1487 el Prior del
convento de San Pablo cedió la capilla de Cristo junto con otros elementos del
convento a Don Alonso de Burgos, el cual tomó posesión de los mismos en agosto
de 1488, con la idea de construir un colegio bajo la advocación de San
Gregorio. Don Alonso de Burgos fue confesor de la reina Isabel I, obispo de las
diócesis de Córdoba, Cuenca, y Palencia, además de Presidente de Castilla. Inició la
construcción del complejo con dos finalidades muy distintas, la de construir su
propia capilla funeraria, y la de crear un colegio para la formación de
estudiantes en teología y de este modo completar el conjunto de materias que se
impartían en la Universidad de Valladolid, en sus aulas dieron clases grandes
personalidades como Bartolomé de las Casas, Melchor Cano, Luis de Granada, o
Francisco de Vitoria.
La configuración arquitectónica del
complejo está muy relacionada con el convento e iglesia de San Pablo. La
capilla fue obra de Juan Guas, se construyó entre los años 1484 y 1490 y se
encuentra adosada al lateral del crucero de la iglesia de San Pablo,
conectándose con la misma a través de una portada escultórica atribuida a Simón
de Colonia, y pensada como único acceso, hoy en día se encuentra cegada, aunque
se percibe su situación desde el crucero sur de la iglesia de San Pablo.
El edificio del colegio se construyó
entre los años 1488 y 1496, en unos terrenos situados algo más al norte,
probablemente en las huertas del convento de San Pablo. La construcción se hizo
desde el interior hacia el exterior, en torno a un claustro central. En el año
1524 el edificio fue ampliado, añadiéndosele un ala hacia el oeste, obra de
Gaspar de Solórzano. El plan de obras del complejo, posiblemente realizado por
el arquitecto Juan Guas, era el de unir la capilla y el colegio mediante una
elevada fachada plana sin adornos excepto en su coronación, y seguida a esta,
construir una monumental fachada exterior que sirviera para ocultar un pequeño
patio de distribución existente entre ambos edificios.
La capilla en la que se reconoce más
claramente el estilo de Juan Guas, está dispuesta en dos tramos y un ábside
poligonal, cubiertos con bóvedas estrelladas cuyos nervios se apoyan sobre
ménsulas, decoradas con esculturas de ángeles con las armas del patrono. En un
principio las bóvedas estaban ornamentadas con ricos pinjantes, decoración que
no ha llegado a nuestros días. En el tramo de los pies, se situó un coro
elevado, con tribuna adosada para la música, estaba rematado con una barandilla
muy escultórica, la cual fue sustituida entre los años 1859 y 1861 después de
unas obras de restauración.
En esta capilla fue enterrado Alonso
de Burgos, aunque su sepulcro, obra de Felipe Vigarny, que estaba situado en el
centro de la misma, desapareció durante la ocupación francesa en la Guerra de
la Independencia, lo mismo ocurrió con el retablo obra de Gil de Siloé. Y en
cuanto a la sillería, sus asientos que tenían curiosas imágenes talladas en los
apoya manos, se encuentran desperdigados en el Museo Diocesano de Valladolid.
La construcción alrededor del
claustro consta de dos niveles, en un principio disponía de celdas, refectorio,
y aulas entre otras dependencias. La conexión entre ambos niveles se resuelve
mediante una única escalera de dos tramos, en la que se inscriben elementos
góticos, renacentistas, y mudéjares. Las estancias principales de ambos niveles
estaban cubiertas con artesonados mudéjares, de los que subsisten algunos y
otros forman parte de los fondos del museo.
Detalle del claustro del Colegio de San Gregorio |
El claustro es de planta cuadrada y
representa una de las joyas del estilo hispano-flamenco, las fachadas de sus
dos cuerpos se levantan sobre columnas estriadas en hélice, las arquerías del
piso bajo están formadas con arcos escarzanos sobre capiteles de bandas de
bolas y flores de lis, las del piso superior están decoradas a base de pretiles
calados de tracería gótica, y formadas por arcos geminados, ornamentados con
guirnaldas y follaje entre el que juguetean niños, siendo las tallas muy planas
y cercanas al estilo renacentista. Todo el conjunto está coronado con un friso
con los escudos y símbolos de los Reyes Católicos, que junto con las gárgolas
es lo único que se conserva de su antiguo coronamiento.
Hacía 1504 se le encargó a Juan de
Arandia la construcción de la crestería de coronación de la fachada, la cual
desapareció tras una intervención realizada a principios del siglo XVIII, que
modificó la cornisa superior, siendo necesaria su reconstrucción.
La fachada monumental se comenzó a
construir en el año 1492, concluyéndose probablemente en el 1499, la
característica de los elementos que se representa en la misma, la relacionan
con las obras de Gil de Siloé, que trabajaba regularmente asociado a Simón de
Colonia, cuya influencia en la fachada ha sido también rastreada. A la posible
autoría de ambos debemos superponer la probable presencia de un maestro con
estímulos renacentistas.
Detalle de la fachada donde se puede apreciar el árbol del bien y del mal |
La fachada fue diseñada como un
estandarte, sus distintas zonas se separan utilizando elementos vegetales que
evocan arcos triunfales. En el tímpano principal, y sobre un dintel decorado
con flores de lis se escenifica la ofrenda del Colegio por parte de Alonso de
Burgos a San Gregorio, todo ello en presencia de San Pablo y Santo Domingo. A
ambos lados de la puerta de acceso se pueden observar las figuras de unos
hombres cubiertos con vegetación que llevan garrotes y escudos y que
representan la imagen del hombre natural. El centro de la fachada la ocupa un
pilón hexagonal lleno de agua y rodeado de niños, que pudiera representar la
Fuente de la Vida, en el centro del pilón nace el tronco de un árbol y sobre
este aparece el escudo de los Reyes Católicos sostenido por leones y por el
águila de San Juan.
Ventana existente en el patio de acceso |