miércoles, 10 de octubre de 2012

Colegio de San Gregorio

Fachada del Colegio de San Gregorio


            El Colegio de San Gregorio es uno de los edificios que sirven de sede al Museo Nacional de Escultura Policromada. La primera sede del museo fue el Colegio Mayor de Santa Cruz, en el que se instaló en 1842, sus fondos procedían en su mayor parte del resultado de la desamortización realizada por el ministro Mendizábal en 1836, según la cual, pasaban a ser propiedad del Estado los tesoros artísticos de los conventos. Hacia el año 1933, en plena II República, se le elevó la categoría a la de Museo Nacional y se trasladó al Colegio de San Gregorio, donde fue ampliada su colección con obras procedentes del Museo del Prado.

            El Colegio de San Gregorio es uno de los mejores ejemplos de la arquitectura en la época de los Reyes Católicos, destacando particularmente su claustro y su portada por su refinada ornamentación, elegantes proporciones, y simbología del poder. Después de la fundación de la Universidad de Valladolid se potenció la aparición de centros colegiales que complementasen la actividad universitaria, con este fin fueron creados en Valladolid a finales del siglo XV el Colegio de San Gregorio y el Colegio Mayor de Santa Cruz.
Planta del Colegio

            En febrero de 1487 el Prior del convento de San Pablo cedió la capilla de Cristo junto con otros elementos del convento a Don Alonso de Burgos, el cual tomó posesión de los mismos en agosto de 1488, con la idea de construir un colegio bajo la advocación de San Gregorio. Don Alonso de Burgos fue confesor de la reina Isabel I, obispo de las diócesis de Córdoba, Cuenca, y Palencia, además de  Presidente de Castilla. Inició la construcción del complejo con dos finalidades muy distintas, la de construir su propia capilla funeraria, y la de crear un colegio para la formación de estudiantes en teología y de este modo completar el conjunto de materias que se impartían en la Universidad de Valladolid, en sus aulas dieron clases grandes personalidades como Bartolomé de las Casas, Melchor Cano, Luis de Granada, o Francisco de Vitoria.

            La configuración arquitectónica del complejo está muy relacionada con el convento e iglesia de San Pablo. La capilla fue obra de Juan Guas, se construyó entre los años 1484 y 1490 y se encuentra adosada al lateral del crucero de la iglesia de San Pablo, conectándose con la misma a través de una portada escultórica atribuida a Simón de Colonia, y pensada como único acceso, hoy en día se encuentra cegada, aunque se percibe su situación desde el crucero sur de la iglesia de San Pablo.

            El edificio del colegio se construyó entre los años 1488 y 1496, en unos terrenos situados algo más al norte, probablemente en las huertas del convento de San Pablo. La construcción se hizo desde el interior hacia el exterior, en torno a un claustro central. En el año 1524 el edificio fue ampliado, añadiéndosele un ala hacia el oeste, obra de Gaspar de Solórzano. El plan de obras del complejo, posiblemente realizado por el arquitecto Juan Guas, era el de unir la capilla y el colegio mediante una elevada fachada plana sin adornos excepto en su coronación, y seguida a esta, construir una monumental fachada exterior que sirviera para ocultar un pequeño patio de distribución existente entre ambos edificios.

            La capilla en la que se reconoce más claramente el estilo de Juan Guas, está dispuesta en dos tramos y un ábside poligonal, cubiertos con bóvedas estrelladas cuyos nervios se apoyan sobre ménsulas, decoradas con esculturas de ángeles con las armas del patrono. En un principio las bóvedas estaban ornamentadas con ricos pinjantes, decoración que no ha llegado a nuestros días. En el tramo de los pies, se situó un coro elevado, con tribuna adosada para la música, estaba rematado con una barandilla muy escultórica, la cual fue sustituida entre los años 1859 y 1861 después de unas obras de restauración.

            En esta capilla fue enterrado Alonso de Burgos, aunque su sepulcro, obra de Felipe Vigarny, que estaba situado en el centro de la misma, desapareció durante la ocupación francesa en la Guerra de la Independencia, lo mismo ocurrió con el retablo obra de Gil de Siloé. Y en cuanto a la sillería, sus asientos que tenían curiosas imágenes talladas en los apoya manos, se encuentran desperdigados en el Museo Diocesano de Valladolid.

            La construcción alrededor del claustro consta de dos niveles, en un principio disponía de celdas, refectorio, y aulas entre otras dependencias. La conexión entre ambos niveles se resuelve mediante una única escalera de dos tramos, en la que se inscriben elementos góticos, renacentistas, y mudéjares. Las estancias principales de ambos niveles estaban cubiertas con artesonados mudéjares, de los que subsisten algunos y otros forman parte de los fondos del museo.
Detalle del claustro del Colegio de San Gregorio

            El claustro es de planta cuadrada y representa una de las joyas del estilo hispano-flamenco, las fachadas de sus dos cuerpos se levantan sobre columnas estriadas en hélice, las arquerías del piso bajo están formadas con arcos escarzanos sobre capiteles de bandas de bolas y flores de lis, las del piso superior están decoradas a base de pretiles calados de tracería gótica, y formadas por arcos geminados, ornamentados con guirnaldas y follaje entre el que juguetean niños, siendo las tallas muy planas y cercanas al estilo renacentista. Todo el conjunto está coronado con un friso con los escudos y símbolos de los Reyes Católicos, que junto con las gárgolas es lo único que se conserva de su antiguo coronamiento.

            Hacía 1504 se le encargó a Juan de Arandia la construcción de la crestería de coronación de la fachada, la cual desapareció tras una intervención realizada a principios del siglo XVIII, que modificó la cornisa superior, siendo necesaria su reconstrucción.

            La fachada monumental se comenzó a construir en el año 1492, concluyéndose probablemente en el 1499, la característica de los elementos que se representa en la misma, la relacionan con las obras de Gil de Siloé, que trabajaba regularmente asociado a Simón de Colonia, cuya influencia en la fachada ha sido también rastreada. A la posible autoría de ambos debemos superponer la probable presencia de un maestro con estímulos renacentistas.
Detalle de la fachada donde se puede apreciar el árbol del bien y del mal

            La fachada fue diseñada como un estandarte, sus distintas zonas se separan utilizando elementos vegetales que evocan arcos triunfales. En el tímpano principal, y sobre un dintel decorado con flores de lis se escenifica la ofrenda del Colegio por parte de Alonso de Burgos a San Gregorio, todo ello en presencia de San Pablo y Santo Domingo. A ambos lados de la puerta de acceso se pueden observar las figuras de unos hombres cubiertos con vegetación que llevan garrotes y escudos y que representan la imagen del hombre natural. El centro de la fachada la ocupa un pilón hexagonal lleno de agua y rodeado de niños, que pudiera representar la Fuente de la Vida, en el centro del pilón nace el tronco de un árbol y sobre este aparece el escudo de los Reyes Católicos sostenido por leones y por el águila de San Juan.
Ventana existente en el patio de acceso