domingo, 26 de septiembre de 2021

Monumento a Felipe II (15)

 

Monumento a Felipe II


En un lateral de la Plaza de San Pablo, rodeado por el Palacio Real, el Convento de San Pablo y el palacio de  Pimentel, lugar donde nació el monarca en 1527, se encuentra situado el Monumento a Felipe II.

Después de numerosos intentos por dedicar al Monarca alguna calle, edificio o monumento que no llegaron a materializarse, el Ayuntamiento de Valladolid presidido por Fernando Ferreiro solicitó en mayo de 1946 permiso a la Dirección General de Bellas Artes para realizar una reproducción en bronce del modelo original conservado en el Museo del Prado, iniciado por el escultor Leone Leoni y terminado en 1564 por su hijo Ponpeo Leoni, ambos destacados artistas de la Corte de Carlos V y Felipe II.

El Ayuntamiento se decidió por esta escultura después de ver una reproducción del modelo original  en escayola realizado por el escultor Federico Coullaut-Valera.

En un principio el proyecto de la ciudad para homenajear a su antiguo rey era más ambicioso, pues consistía en la realización de un “Parque de Felipe II” en los Jardines de las Moreras. Proyecto de 1860 que pretendía unir mediante un paseo la Academia de Caballería y el Puente Mayor y que se pretendía retomar, aunque al final no se llevó a cabo.

La realización de la escultura cayó en el olvido hasta que en 1962 el Ayuntamiento de Madrid decidió erigir una escultura de Felipe II reproduciendo en bronce el modelo de Federico Coullaut, realizado al doble de tamaño que el original de los Leoni.

La escultura estuvo ubicada en la Plaza de la Armería de Madrid, entre el Palacio Real y la catedral de La Almudena, fue retirada en el año 2013 con motivo de  la remodelación de la zona y las obras del Museo de Colecciones Reales, permaneciendo en un almacén a la espera de volver a su lugar de origen cuando se terminen las mismas aproximadamente en el verano de 2021.

Esto sirvió de aliciente para que dos años más tarde el Ayuntamiento de de Valladolid acogiera un proyecto similar, eligiendo para su emplazamiento la Plaza de San Pablo. La posición de la escultura en el ámbito de la plaza estuvo determinada por las obras de remodelación previas en las que se produjo una importante reforma del ajardinado, arbolado y mobiliario urbano, conservándose un hermoso cedro que sirvió como telón de fondo para la escultura. Con el tiempo se construyó a los pies del monumento un estanque con surtidor e iluminación, actualmente dicho estanque se ha transformado en una zona ajardinada rematada por un bloque de granito con el escudo real de monarca, lo que hizo necesario duplicar la altura del pedestal, en que se puede leer la inscripción “Valladolid a Felipe II”.

La escultura inaugurada el 13 de mayo de 1964 representa a Felipe II a la edad de 25 años cuando todavía era príncipe. Está de pie vestido con armadura, su mano derecha sujeta un manto, y en la izquierda lleva el bastón de mando que apoya en una pierna, de su lado derecho pende una espada con la empuñadura en forma de cabeza de águila. La coraza está decorada, ofreciendo un ejemplo de los ornamentos de las armas del siglo XVI, en su medallón central se aprecia una figura de la virgen sobre una cabeza de ángel, a los lados figuras que terminan en follaje junto a tritones y nereidas en medio de las olas. En la hombrera izquierda tres medallones representan temas clásicos. El cinturón está decorado con una doble hilera de pequeños relieves, la primera formada por máscaras, cabezas de carnero y motivos vegetales que se repiten alternativamente, la segunda está formada por trece escenas de 6 centímetros de altura. Las sandalias llevan también máscaras y cabezas de carnero.

Escultura de Felipe II


El autor de la copia fue el escultor Federico Coullaut-Valera Mendigutía nació en Madrid el 25 de abril de 1912, y falleció en la Granja de San Ildefonso en 1989. Se formó junto a su padre Lorenzo, reputado escultor con el que trabajó hasta su muerte en 1932. Se vio obligado a finalizar los trabajos iniciados por su padre, entre los que se encontraban un Jinete Andaluz de bronce correspondiente al monumento a los autores teatrales los hermanos Serafín y Joaquín Álvarez Quintero situado en el parque del Retiro de Madrid, también completó el monumento a D. Miguel de Cervantes situado en la Plaza de España, añadiendo las figuras de las dos Dulcineas, Riconte, Cortadillo y la Gitanilla.

Federico Coullaut-Valera ha sido principalmente un escultor de monumentos y retratos, pero también ha destacado en la obra religiosa, convirtiéndose en uno de los más importantes imagineros del siglo XX.

Entre su obra destaca el conocido como “Ángel de Madrid” situado en el edificio “Metrópolis, una Victoria Alada de 6 metros y 3.000 kilos de peso que sustituyó al Ave Fénix de la cúpula de dicho edificio en 1977. Otra obra importante es el Monumento al Sagrado Corazón de Jesús situado en el Monte Urgull de San Sebastián.

Destacan también la fuente madrileña del Doctor Jaime Ferrán, con dos alegorías de la Hospitalidad y la Generosidad del pueblo de Madrid, la escultura de la Juventud de la fuente de la rosaleda del Parque Oeste de Madrid y el monumento dedicado a las víctimas de atentado en la boda del Rey Alfonso XIII situado en la Calle Mayor entre otros.

Plano de situación del Monumento a Felipe II (15)


Bibliografía: "Escultura Pública en la ciudad de Valladolid" de José Luis Cano de Gardoqui García; Blog “Arte en Valladolid” de  Javier Baladrón Alonso.

sábado, 25 de septiembre de 2021

Esculturas y pinturas del Pasaje Gutiérrez (5)

 

El Pasaje Gutiérrez fue construido con fines comerciales en el año 1886 imitando los surgidos en París como consecuencia de la revolución industrial del siglo XIX. Eran pasadizos que unían calles concurridas, en las que se establecían comercios, cafés y establecimientos públicos; tendencia que obtuvo continuidad en otras ciudades europeas como Hamburgo, Nantes, Milán, Madrid, Barcelona y Mánchester entre otras.

La iniciativa para su construcción correspondió al comerciante y rico capitalista Eusebio Gutiérrez, el cual encargó el proyecto al arquitecto Jerónimo Ortiz de Urbina.

El pasaje forma un espacio de dos tramos unidos en torno a una pequeña rotonda central, cada tramo está decorado con pinturas en los techos, y con lucernarios continuos resueltos con formas de madera de cuidada decoración donde se apoya la cubierta, construida con tejas de vidrio procedentes de la Real Fábrica de Cristales de la Granja de San Ildefonso de Segovia. El encuentro entre los dos tramos se resuelve mediante una cúpula acristalada soportada por una estructura de hierro.

En torno a la rotonda existen cuatro esculturas femeninas realizadas en terracota colocadas en las esquinas, representan las cuatro estaciones del año. Las esculturas están bastante deterioradas, y llevan la firma de M. Gossin, Visseaux, París.






En el centro de la rotonda bajo la cúpula una escultura de Mercurio realizada por Jean-Jacques Ducel en hierro fundido imitando al bronce, representa al dios del comercio, copia de la auténtica escultura de Juan de Bolonia realizada en 1565 que se puede contemplar en el Museo del Barguello de Florencia. Al pie de la escultura se puede leer  “Val D’Osné”, empresa de origen francés que comercializaba las esculturas. El Mercurio Volador lleva el sobrero que usaban los griegos y romanos cuando viajaban, para protegerse tanto del sol como de la lluvia; se le representa con alas ya que también es considerado como el protector de los viajeros.

Mercurio, protector de los viajeros


La decoración del pasaje se completa con un grupo escultórico situado bajo el dosel de un bonito balcón que se abre a la galería de dos niños que sostienen un reloj. Este grupo escultórico lleva en su pedestal grabado el mismo nombre que aparece en las alegorías de las estaciones, lo que confirma el origen francés de todos los elementos decorativos.

Grupo escultórico formado por dos niños y un reloj


En el pasaje Gutiérrez también se pueden apreciar pinturas en los techos, aplicadas al estilo veneciano, pintadas sobre lienzos y encolados al techo realizadas por Salvador Seijas. Representan un ciclo de alegorías de las actividades productivas, representando a la Industria, la Agricultura y el Comercio; también tiene su representación la Primavera, junto con Apolo y las Bellas Artes. Había un lienzo más pintado, pero después de aparecer humedades en 1997, fue necesario retirarlo para su reparación, desapareciendo misteriosamente.







Salvador Seijas nació en Fuentes de Nava (Palencia), trabajó como profesor de dibujo en la Escuela de Bellas Artes de Valladolid y como ilustrador caricaturista en el periódico “Mefistófeles”. El éxito que tuvieron las pinturas del Pasaje Gutiérrez la abrió las puertas de numerosos trabajos relacionados con la pintura decorativa, realizó trabajos de decoración para viviendas, portales y establecimientos comerciales de Valladolid. Entre sus trabajos principales se encuentra la decoración que realzó en 1876 de algunos salones de la Academia de Caballería, la decoración con la serie del Quijote que realizó en 1887 para el “Círculo de Recreo” y la pintura de la “Aparición de la Virgen a San Antonio” en el convento de San Benito.

Plano de situación del Pasaje Gutiérrez (5)


Bibliografía: Blog “Arte en Valladolid” de  Javier Baladrón Alonso; blog “La Mirada Curiosa” de  Jesús Anta Roca y blog “DOMUS PUCELAE”.

lunes, 6 de septiembre de 2021

Monumento a Miguel de Cervantes (3)

 

En 1866 se coloco una lápida conmemorativa en la fachada de la casa identificada como la vivienda que ocupó Miguel de Cervantes en su estancia en Valladolid, esta lápida fue realizada por el escultor Nicolás Fernández de la Oliva y a la Corporación Municipal le pareció suficiente como tributo a la memoria el escritor. Pero gracias a la insistencia de Mariano Pérez Mínguez, entusiasta cervantinista se llegó a materializar una escultura, la primera que se realizo en Valladolid.

Lápida conmemorativa de la Casa de Cervantes


Mariano Pérez Mínguez tuvo la idea de levantar un monumento a Miguel de Cervantes en la plazuela surgida en el Rastro como consecuencia de las reformas urbanísticas que el Ayuntamiento estaba realizando. En 1876 el Ayuntamiento concedió los permisos para la ejecución del proyecto, y comenzó la ardua tarea de conseguir el dinero para su ejecución. Se decidió abrir una suscripción nacional con la idea de que una pequeña aportación de un gran número de españoles sería suficiente para conseguirlo, la respuesta fue insignificante y se abrió otra suscripción esta vez entre los vallisoletanos, que fue acogida con entusiasmo aunque las aportaciones fueron escasas. Se trató de implicar al “mundo intelectual”, y se llamo prácticamente a todas las puertas, hasta se creó una lista para que figurasen los donantes, así como la cantidad que aportaban. En definitiva se llegaron a recaudar 14.588 reales.

Esta cantidad sirvió para poner en marcha el proyecto bajo la dirección del arquitecto municipal Joaquín Ruiz Sierra. El pedestal cedido por el Ayuntamiento, pertenecía al cuerpo bajo de la fuente de la Rinconada, consistente en un modulo de dos cuerpos separados por hiladas de molduras, en el módulo superior había cuatro hornacinas con bustos en su interior.

La primera piedra se puso el 22 de octubre de 1876, inmediatamente Mariano Pérez Mínguez encargó cuatro bajorrelieves con escenas del Quijote para colocarlos en el cuerpo bajo del pedestal al profesor de modelado Pablo Santos Berasategui, y la escultura a Nicolás Fernández de la Oliva, escultor madrileño y profesor de la Escuela de Bellas Artes de Valladolid.

La aventura de los molinos de viento


La aventura de la lucha con el león

La aventura de la lucha con los pellejos de vino

La aventura de la estancia de Don Quijote en el palacio de los Duques

Los bajorrelieves de 0,77 m. de alto y 1,10 m. de ancho, son de mayor calidad que le escultura, y fueron fundidos en hierro por la factoría Gabilondo, representan “La aventura de los molinos de viento”, “La aventura de la lucha con el león”, “La aventura de la lucha con los pellejos de vino” y “La aventura de la estancia de don Quijote en el palacio de los duques”.

La escultura fue fundida en hierro en los talleres de Cándido Aldea que estaban situados en la dársena del Canal de Castilla, representa al escritor vestido con traje de época, el cual sostiene una pluma en su mano derecha, que apoya sobre una pequeña columna de la que cuelga la capa, mientras que con su mano izquierda sostiene un libro. Es una escultura bastante modesta y sencilla que no llega a tener la calidad de las esculturas realizadas en bronce, aunque tiene la importancia de ser el primer monumento público erigido en Valladolid.

Escultura de Miguel de Cervantes


El monumento fue inaugurado en septiembre de 1877, y tres años más tarde se produjo su traslado a un nuevo emplazamiento no muy lejano del primitivo (cerca de la actual Plaza de Madrid). Dos informes previos, uno  de de la Academia de Bellas Artes de Valladolid solicitado por el Ayuntamiento con el fin de de que la Academia prestase su colaboración en el proyecto, en el que se informaba de la escasa calidad de la piedra elegida para el pedestal y que “… sus perfiles y formas no correspondían a un pedestal destinado a perpetuar la gloria de una de las primeras celebridades españolas”, y otro de la Comisión de Obras en el que indicaba que el lugar donde se tenía previsto levantar el monumento no era adecuado ya que impedía la prolongación de la futura Calle Mendizabal (calle que nunca se llegó a materializar) y porque ocupaba solares que podrían venderse en un futuro, propiciaron su traslado.

Monumento a Miguel de Cervantes en su primer emplazamiento


Aprovechando el traslado del monumento se procedió a la construcción de un nuevo pedestal,  rechazando el ofrecimiento del Sr. Manso de utilizar el pedestal construido en la Plaza Mayor para la estatua del Conde Ansúrez. El encargado de la ejecución de la obra fue Jacinto de la Peña.

El nuevo pedestal se finalizó en noviembre de 1880, consistía en un alto basamento de piedra con forma de prisma con baquetoncillos en las aristas y hojas de agua tanto en su base como en su remate.

Con anterioridad, en enero del mismo año la estatua de Cervantes fue retirada junto con los bajorrelieves  y los bustos. Cuando se produjo su traslado al nuevo pedestal tan solo se coloco la estatua, los bajorrelieves se quedaron en la Casa-Museo de Cervantes y los bustos se terminaron vendiendo a un anticuario, desconociéndose actualmente su paradero.

En 1881 el Ayuntamiento aprobó la liquidación de las obras y dio por finalizado el traslado del monumento, pero un año después se comenzó a especular con un nuevo traslado, ya que la estatua casi tocaba con los balcones de la nueva Calle de Miguel Íscar, aunque no sería hasta dos años después cuando se hizo un llamamiento para que se buscase un emplazamiento más digno ya que el monumento quedaba empotrado entre las edificaciones. Se propuso como nuevo emplazamiento cualquiera de las entradas al Campo Grande, aunque al final se decidió como lugar idóneo la plazuela de Santa María, actual Plaza de la Universidad.

Fue a finales de 1886 cuando el Ayuntamiento acordó su traslado, aunque no se realizó de forma inmediata; en febrero de 1889 se comenzaron las obras de cimentación y a comienzos de marzo se comenzó a desmontar el monumento, numerando las piezas del pedestal para su traslado, que fue completado a finales del mes de marzo, y el 4 de abril de 1889 se colocó la estatua sobre su pedestal.

Monumento de Miguel de Cervantes en la actualidad


Con posterioridad al año 1962 se colocó en el frente del pedestal del monumento una lápida conmemorativa con la inscripción “Valladolid a Miguel de Cervantes, vecino de honor de la ciudad” como consecuencia del nombramiento que le otorgó el Ayuntamiento en sesión extraordinaria del 28 de marzo de 1962, cuyo diploma acreditativo expedido el 23 de abril de 1962 se conserva en la Casa-Museo de Cervantes.

Nicolás Fernández de la Oliva nació en Madrid el 17 de diciembre de 1810, estudió en la Real Academia de Nobles Artes de San Fernando, y se trasladó a Valladolid en 1853 donde ejerció como profesor en la Academia de Bellas Artes de Valladolid. Se trasladó de nuevo a Madrid como profesor en la Escuela Especial de Pintura y Escultura de Madrid, ejerciendo en la sección de escultura. Falleció el 10 de agosto de 1887 en Madrid.

 

Plano de situación del Monumento a Miguel de Cervantes (3)

 Bibliografía: "Escultura Pública en la ciudad de Valladolid" de José Luis Cano de Gardoqui García; Blog “Arte en Valladolid” de  Javier Baladrón Alonso; Libro “Cervantes en Valladolid, Valladolid en Cervantes” de José Delfín Val; Web “Escultura Urbana” https://esculturaurbana.com/.

sábado, 4 de septiembre de 2021

Monumento al Conde Ansúrez (1)

 

Monumento al Conde Ansúrez


Desde 1864 se realizaron diversos intentos para la colocación de un monumento dedicado al “Conde Ansúrez” repoblador y fundador de la ciudad de Valladolid. Intentos que no se llegaron a materializar por una serie de problemas tanto políticos como económicos.

El primer intento fue en 1864, cuando el Ayuntamiento de la ciudad decidió abrir una suscripción popular para la realización de un monumento que sería colocado en la Plaza de San Miguel. El escultor Fernández de la Oliva había presentado recientemente un diseño que llegó a ser aprobado, pero la iniciativa no llegó a fructificarse. El Ayuntamiento retomo el proyecto dos años más tarde, después de que Fernández de la Oliva presentase dos nuevos proyectos. Comenzaron las obras de reforma y adecuación  de la zona donde sería colocado en monumento, esta vez en la Plaza Mayor. Se realizó un pequeño jardín cerrado mediante una reja de hierro que rodearía la estatua del Conde.

Se presentó el proyecto del monumento aprobado por el Ayuntamiento en 1968, en la Academia de Bellas Artes para su examen. La estatua realizada en mármol estaría situada sobre un pedestal de orden bizantino, figurando en su segundo cuerpo representaciones alegóricas de la Inteligencia y Lealtad.

Pero la revolución de 1868 y la mala situación económica que atravesaba el Ayuntamiento ocasiono la paralización de proyecto, tan solo se llegó a construir el pedestal, que subsistiría hasta 1879, dos años antes fue ofrecido para en monumento a Cervantes aunque no fue utilizado.

En 1900 el escultor Aureliano Rodríguez Vicente Carretero presentó al Ayuntamiento una nueva propuesta de monumento que fue aceptada, consistente en una figura de bronce sobre una pequeña peana en la que se aprecia su firma. La estatua es de sencilla concepción con apenas elementos que puedan distraer su observación, el Conde está vestido según la época de Alfonso VI, armado con una enorme espada que cuelga del cinturón en la parte delantera y un escudo con el emblema familiar que cuelga a su izquierda. La estatua tiene el cuerpo inclinado hacia atrás y la pierna derecha algo adelantada, porta en su mano derecha el pendón de Castilla y en la mano izquierda el pergamino de los fueros de repoblación, su cabeza ladeada ligeramente hacia la izquierda está cubierta por una cota de malla, y de su rostro destacan unos ojos penetrantes, junto con una perilla y un bigote arqueado hacia arriba.

En 1901 se aprobó su instalación en la Plaza Mayor, pero hubieron de transcurrir dos años para su inauguración debido a los problemas que surgieron con respecto a la negativa del Ministerio de la Guerra para el  suministro del bronce necesario, teniendo que ser el propio escultor el que costease los 1.700 kg de bronce utilizados para la fundición, obra realizada por Bovisau.

También surgieron discrepancias en torno a la autoría del pedestal, pues aunque la realización estaba descrita en la memoria del proyecto de Vicente Carretero de 1900, se propuso que fuera el arquitecto municipal el encargado de su realización.

Una año más tarde fue precisamente Vicente Carretero el que indicó la conveniencia de que el pedestal fuera realizado con la piedra de Campaspero según el proyecto del arquitecto municipal Agapito y Revilla. La obra se inició en 1903, encargando el Ayuntamiento al escultor la realización de los relieves de bronce situados en sus cuatro caras.

Escultura del Conde Ansúrez sobre su pedestal


El pedestal es de base cuadrada con refuerzos en las esquinas a modo de contrafuertes, donde se incorporan columnillas pareadas con capiteles vegetales que sostienen arcos lobulados con el emblema del Conde en su interior ligeramente ladeado. En la parte alta el pedestal adquiere forma piramidal y sobre este se incorpora la estatua del Conde.

En los cuatro frentes del pedestal se instalaron los relieves que realizó Vicente Carretero en bronce. En frente de la antigua acera de San Francisco, el relieve muestra un escudo de Castilla sobre el que aparece una cartela con el lema “Año 1903”, bajo esté una figura femenina sentada y una inscripción dedicatoria del monumento “La ciudad de Valladolid erige este monumento a la memoria de su protector y magnánimo bienhechor el Conde D. Pedro Ansúrez. Siglos XI-XII”.  El relieve situado frente al Ayuntamiento muestra el escudo laureado de la ciudad, y los dos relieves restantes narran escenas de la vida del Conde, el primero de ellos muestra al Conde Ansúrez a caballo en presencia del rey Alfonso VI, y el segundo representa al Conde dirigiendo las obras de la colegiata de Santa María la Mayor de Valladolid.

Relieve frente a la antigua Acera de San Francisco


Relieve lateral


Relieve lateral


Relieve frente al Ayuntamiento


Desde su inauguración el monumento ha sido reformado en diversas ocasiones coincidiendo con reformas efectuadas en la Plaza. En 1906 se le rodeó con una verja de hierro, está fue sustituida por unos jardines al rededor la estatua, y estos posteriormente eliminados alcanzando el aspecto que ofrece hoy día.

Aurelio Rodríguez Vicente Carretero nació el 17 de enero de 1863 en Medina de Rioseco, un municipio de Valladolid conocido como “Ciudad de los Almirantes”. Hijo de un tallista de cierta fama inició sus estudios a los 15 años en la Real Academia de Bellas Artes de la Purísima Concepción de Valladolid, obtuvo una beca del Ayuntamiento de Valladolid que le permitió residir tres años en Roma y una larga temporada en Nápoles y Génova, donde amplió sus estudios. Después de este periodo continuó estudiando en la Escuela de Bellas Artes de Barcelona y en la Academia de San Fernando de Madrid.

En 1887 obtuvo la segunda Medalla de la Exposición Nacional de Bellas Artes, se presentó a las Exposiciones Nacionales de 1897, 1901, 1904 y 1906 donde ganó Medallas de segunda y de tercera clase. Residió en Argentina durante algún tiempo, donde trabajó como caricaturista político, llegando incluso a ser encarcelado. De vuelta a Madrid en el año 1893 y gracias al prestigio adquirido recibió los encargos de los monumentos más relevantes de Valladolid y  provincia de la primera década del siglo XX, destacando los dedicados a Zorrilla, Conde Ansúrez, Miguel Íscar, Los Héroes de Moclín en Medina de Rioseco, Isabel La Católica en Medina del Campo entre otros. También realizó encargos en otros puntos de la geografía nacional como en Navia (Asturias), donde hizo en 1912 un monumento al poeta Campoamor, y en Madrid, donde fue seleccionado para trabajar en el monumento a Alfonso XII en el Parque del Retiro. Falleció en Madrid en 1917 a los 54 años de edad.

Plano de situación del Monumento al Conde Ansúrez (1)


Bibliografía: "Escultura Pública en la ciudad de Valladolid" de José Luis Cano de Gardoqui García. Aurelio Carretero creador de ilustres iconos vallisoletanos de José Miguel Travieso, publicado en Revista Atticus dos.