En el año 1864 surgió la idea de
erigir un monumento dedicado a la memoria de Colón, llegándose a abrir una
suscripción popular para la recaudación de los fondos necesarios. Al no ser
suficiente la cantidad recaudada para la realización del monumento se pensó en
la posibilidad de sustituir dicho monumento por una lápida conmemorativa.
Monumento a Colón |
Cuatro años después se retomó la
idea con igual resultado, hasta que en el año 1889 la “Comisión de Fiestas del
Centenario” organizó un concurso en él que participaron las ciudades de
Barcelona, Granada, Huelva, Salamanca y Valladolid, que de una manera u otra
habían estado relacionadas con la vida del Almirante. Como resultado de esta
iniciativa, y por la falta de recursos se planteó la construcción de un
monumento en “La Rábida”, otro en Barcelona y unas lápidas conmemorativas para
el resto de las ciudades; decisión que no fue del agrado de la prensa
vallisoletana y atacó a las autoridades locales por no haber defendido los
intereses de la ciudad.
Esta misma prensa de Valladolid,
mediante una Comisión Ejecutiva acordó en 1891 proponer construcción del
monumento a Cristóbal Colón con motivo del IV centenario del descubrimiento de
América, motivo por el cual, el ayuntamiento se planteó de nuevo la posibilidad
del mismo.
Tres fueron los proyectos
presentados, en 1891 el de Aurelio Rodríguez Vicente Carretero inspirado en los
últimos momentos de la vida de Colón “Agonía de Colón”, proyecto realizado en
Roma durante la estancia del escultor en Italia. En el año 1892 el escultor
local Darío Chicote presentó un boceto realizado en yeso de su proyecto
consistente en una plataforma sobre la que se situaba un busto de Colón junto con una especie de genio
que le indicaba el rumbo a seguir para llegar a América. Ese mismo año el
escultor sevillano Antonio Susillo presentó un boceto en cera y una memoria
explicativa de un proyecto cuyas características eran muy similares al que
había presentado en 1891 en el concurso de la ciudad de La Habana y que resultó
ganador.
Alegoría de "El Valor" |
El proyecto de Antonio Susillo fue el elegido de los tres presentados. El
primer boceto que presentó Antonio Susillo, y que no fue llevado a cabo,
consistía en un basamento conformado por un paralelepípedo de mármol, en cuyas
cuatro esquinas se situaban unas figuras de monstruos marinos alusivos al miedo
que tenían los navegantes de la época de alejarse a grandes distancias de la
costa y caer en el abismo. En el frente un medallón con el retrato de Colón, en
los laterales sus armas junto con las de la ciudad de Valladolid y en la parte
trasera una inscripción alusiva. Sobre el paralelepípedo un conjunto
escultórico en bronce consistente en un palo mayor de una embarcación partido,
simbolizando la muerte, sobre el que se apoya la figura de un indígena en
representación de América y a su lado una matrona en representación de España,
que levanta al cielo un globo terráqueo que simboliza el Nuevo Mundo. El
monumento medía 8,50 metros de altura, la mitad que tiene el actual.
Alegoría de "El Estudio" |
El boceto de Antonio Susillo no
pudo ser realizado por problemas económicos, no ocurrió así con el que se iba a
instalar en la ciudad de La Habana, que básicamente era igual al ofrecido para
la ciudad de Valladolid, con la diferencia de la escultura de Colón por delante
de la escultura de la Fe, que sustituía a la escultura del indígena y la
matrona, cambio aconsejado por la Academia de Bellas Artes de San Fernando.
El monumento constaba de dos
partes diferenciadas, la parte escultórica que Susillo encargó a la fundición “Thiebant
Frères” de París, y la parte del basamento, cuyas piedras procedían de las
canteras de Vigo.
Alegoría de "La Náutica" |
En 1896 Antonio Susillo murió de
forma trágica y dos años después, cuando se disponía el traslado de las piezas
del monumento a la ciudad de la Habana para ser ensamblado y colocado, se
desencadenó la Guerra de la Independencia de Cuba con la consiguiente pérdida
de la colonia española, lo que ocasionó la paralización del proyecto de erigir
un monumento a Colón en La Habana. Numerosas provincias españolas solicitaron
la concesión del monumento, cuya parte escultórica se encontraba en París
formando parte de la Exposición Universal de 1900, alcanzando un gran
reconocimiento.
De todas las provincias que
solicitaron la concesión del monumento a Colón, tan solo quedaron tres para
decisión final, Madrid que pretendía colocar el monumento en el Paseo del
Retiro, Sevilla y Valladolid, que siendo el lugar donde había muerto Colón el
21 de mayo de 1506 y donde había sido enterrado por primera vez, no disponía de
ningún monumento alusivo.
Alegoría de "La Historia" |
En febrero de 1901 el Consejo de
Ministros, decretó la concesión del monumento de Colón a la ciudad de
Valladolid, no sin un nuevo intento por parte de la ciudad de Sevilla de
hacerse con él, creyéndose con el único derecho, si se tiene en cuenta que
Cristóbal Colón estaba enterrado en su catedral, que el escultor Antonio
Susillo era sevillano y que la ciudad había desembolsado la cantidad de un
millón de reales a los herederos del escultor.
El paso siguiente era elegir el
lugar idóneo en Valladolid para instalar el monumento, para tal fin el
periódico “El Norte de Castilla” organizó una consulta popular en la que obtuvo
la mayoría de votos la propuesta de situar el monumento al final del Campo
Grande, en la confluencia del Paseo de Filipinos, Calle Muro y Calle Gamazo.
Una situación adecuada teniendo en cuenta que permitía contemplar el monumento
desde sus cuatro lados. La Comisión de Obras del Ayuntamiento presidida por su
alcalde Alfredo Queipo de Llano se pronunció a favor de dicho emplazamiento.
Un año entero fue necesario para
el traslado de las diferentes piezas que constituían el monumento a Cristóbal
Colón, tarea de la que se encargó el arquitecto municipal Juan Agapito Revilla.
Se trasladaron las piedras del basamento desde Vigo, se contrató la parte
arquitectónica que fue ejecutada en tres partes independientes, se labró el
globo terráqueo de 3,30 metros de diámetro realizado en piedra blanca de Ibeas
(Burgos) al que se le colocó una faja de bronce, se trajeron las esculturas que
se encontraban en París, junto con las de la barca, Colón y La Fe.
El 13 de septiembre de 1903 se
colocó la primera piedra, aprovechando la visita oficial del monarca Alfonso
XIII a Valladolid. Ofició el acto el cardenal Cos y recibieron al Rey el
alcalde Alberto Queipo de Llano y varios Concejales.
Tarjeta postal del año 1906 |
El 15 de septiembre de 1905 se
inauguraba el monumento al descubridor de América. En el acto se leyó la
Memoria de las Obras por parte del arquitecto municipal Juan Agapito Revilla,
se pronunció un discurso por parte del alcalde Antonio Bujedo y se firmó el
acta de la inauguración por parte de las autoridades. Para amenizar el acto se
incluyó la actuación del “Orfeón Pinciano” que interpretó el himno a Colón,
cuyo autor de la música fue José Aparicio, director de dicha coral y de la
letra Santiago Cernuda, redactor de “El Norte de Castilla”.
El monumento definitivo adopta
forma escalonada, consta de una base de piedra con forma de pirámide truncada,
en la que se sitúan cuatro relieves de bronce realizados con gran virtuosismo y
detalle. En ellos se narran episodios de la expedición. Colón explicando su
proyecto a los Padres de la Rábida; la salida de la expedición del puerto de
Palos; la llegada a América; y la recepción de Colón a su regreso en Barcelona.
Relieve de Colón explicando su proyecto a los Padres de la Rábida |
Relieve de la salida del puerto de Palos |
Relieve de la llegada a América |
Relieve de la recepción de Colón por los Reyes Católicos a su regreso a Barcelona |
En las esquinas de la base se
sitúan cuatro grandes esculturas alegóricas que representan, El Estudio
mediante un hombre sentado con el brazo sobre un libro; La Náutica con dos
esculturas, una mujer sentada que recibe un objeto de un joven que se halla
postrado a sus pies sobre una maroma y otros utensilios empleados en la
navegación; El Valor con un hombre musculoso con el torso desnudo empuñando una
espada que apoya en su regazo; y La Historia, representada por una mujer con el
torso desnudo, un manto cubriéndola las piernas y su mano derecha sobre un
libro apoyado en la piedra.
Sobre la base, un primer cuerpo
en el que se sitúa un medallón de los Reyes Católicos, otro con la imagen de la
Virgen, un escudo real con águila y un león coronado con un castillo. En el
segundo cuerpo se apoya un globo terráqueo realizado en piedra, en el cual se
ha labrado el relieve del mapa del mundo, rodeado de una faja elíptica de
bronce con el lema “Non Plus Ultra”.
El monumento se remata con un
conjunto escultórico formado por una barca con la fecha del descubrimiento 1492
inscrita en su proa, sobre la que se sitúa la figura de Colón arrodillado con
los brazos extendidos hacía abajo y las manos abiertas, detrás de Colón se
encuentra la alegoría de La Fe representada por una mujer de pie con un velo
cubriéndola la cabeza, en su mano derecha porta una cruz y en la mano izquierda
un cáliz, representando la Fe de Cristóbal Colón en todos sus pasos hacia el
descubrimiento del nuevo mundo.
Conjunto escultórico que remata el monumento a Colón |
El monumento se completó rodeándolo
de un pequeño jardín con una verja perimetral con motivos vegetales y el escudo
de la ciudad en sus pilares, realizada por Baez Egiluz en 1906, aunque no se
colocó hasta el año 1908. Se han producido cambios en la urbanización de la
zona a lo largo de los años hasta llegar al estado actual.
Antonio Susillo Fernández nació
en Sevilla el 18 de abril de 1857 y murió el 21 de diciembre de 1896 en la
misma ciudad con apenas 39 años de edad. Desde pequeño mostró un gran interés
por las Bellas Artes, aunque se encontró con la oposición de su padre y la
carencia de maestros. Inició su formación en el taller de un alfarero de
Sevilla, donde trabajó el barro realizando bajorrelieves y figuras de pequeño
tamaño y diversa temática desarrollando una gran minuciosidad en los detalles,
característica apreciable posteriormente en el trabajo del escultor.
Antonio Susillo recibió formación
del pintor José de la Vega Marrugal, quien al conocer su obra se empeñó en
enseñarle las primeras nociones de dibujo. Gracias al mecenazgo del príncipe
ruso Giedroge que visitó Sevilla y se quedó impresionado de la obra de Susillo
pudo estudiar en la Escuela de Bellas Artes de París, donde alcanzó un
reconocido prestigio. En 1885 el Gobierno Español se dió cuenta de su valía y
le concedió una beca para que fuese a estudiar a Roma, donde estuvo durante un
periodo de tres años.
En 1887 ganó una medalla por el
segundo premio en la Exposición de Bellas Artes de Madrid, también fue
galardonado con la Encomienda de la Real y Distinguida Orden de Carlos III, y
fue elegido en 1887 Académico de la Real Academia de Bellas Artes de Santa
Isabel de Hungría, con sede en Sevilla.
Su prematura muerte truncó una
prometedora carrera, en la que no llegó a alcanzar la plena madurez creativa.
Plano de situación del "Monumento a Colón" (8) |
Bibliografía: Los relieves de Antonio Susillo en el monumento a Cristobal Colón en Valladolid de Luis José Cuadrado Gutierrez, publicado en Revista Atticus uno."Escultura Pública en la ciudad de Valladolid" de José Luis Cano de Gardoqui García y WEB.