Claustro (Foto de http://domuspucelae.blogspot.com) |
Fue fundado en 1489 bajo la advocación de Santa Cruz por
las hermanas Doña María de Zúñiga y Doña María de Fonseca, las cuales cedieron
para la nueva construcción su propio palacio. El convento de estricta clausura,
solo admitía a las mujeres e hijas de los Caballeros de la Orden militar de
Santiago, así como a señoras, hijas y hermanas de grandes títulos de España.
Llegó a ejercer el patronazgo del convento Doña María Ana Ladrón de Guevara, de
la familia de los Condes de Oñate y Marqueses de Viana, la cual siendo
comendadora inició la construcción de la iglesia del siglo XVII, esta se remató
gracias a los cuantiosos donativos de Doña Teresa de Zúñiga y Pacheco, Marquesa
de Castrofuerte.
Portada lateral de la iglesia |
El convento permaneció activo hasta la Desamortización,
pasando a continuación a la Comunidad de Dominicas del Rosario, conocidas como
“Las Francesas”, que establecieron un colegio femenino. En los años setenta se
trasladaron a su nueva sede en la Huerta del Rey vendiendo el edificio a una
inmobiliaria, la cual construyó un complejo de edificaciones que envuelven la
iglesia y el claustro, únicas construcciones que se conservan del convento
original, posteriormente la iglesia fue adquirida por el Ayuntamiento de
Valladolid para convertirla en una sala municipal de exposiciones.
El claustro conocido con el nombre de “Patio de las
Tabas” por la decoración que presentan sus suelos (guijarros y huesos de
rodilla de cordero), fue edificado en el siglo XVI, estando documentado el pago
de cantidades al maestro cantero Fernando de Entrambasaguas en 1537. El
claustro debió comenzarse en 1524 o 1525, finalizándose hacia año 1530, se
relaciona con los modelos tardogóticos del Colegio de San Gregorio y del
Colegio de Santa Cruz. Este tipo de
patio, con antepechos calados se encuentra presente en otros edificios de
Valladolid, como son los conventos de Santa Isabel y Santa Catalina.
El claustro está formado por tres cuerpos de pilares, con
arquerías y antepechos calados, los dos cuerpos inferiores están formados por
arcos escarzanos y el superior está recorrido por vigas de madera apoyadas
sobra zapatas y un amplio voladizo sobre canecillos, su principal elemento
decorativo son sus antepechos, que ofrecen una variada muestra de tracerías
góticas muy bien trabajadas y en excelente estado de conservación. En el centro
del patio se conserva la fuente, la cual está rodeada de un banco de piedra
corrido alrededor.
Planta del claustro y de la iglesia |
La iglesia de fechas posteriores, fue comenzada en el
siglo XVII, y se debió concluir en el XVIII. Su planta sigue la organización
propia de los conventos femeninos, con un coro alargado a los pies en
continuidad con la nave de la iglesia y separado de esta mediante una reja. La
organización espacial nos remite a modelos evolucionados desde el siglo XVI,
basados en plantas post-herrerianas, con cabeceras cortas y grandes cúpulas no
trasdosadas, en este caso con capillas poco profundas entre los contrafuertes y
balcones-tribunas sobre las mismas con rejería excelentemente forjada. Está
cubierta con bóvedas de compleja ornamentación geométrica en yesería,
extendiéndose hasta el coro, el crucero está coronado con un cúpula.
En el interior se conserva un retablo mayor neoclásico
dedicado a Santiago, obra de Pedro de Ávila, preside el mismo un grupo de
grandes proporciones de Santiago matamoros, que indica que la Orden guardaba
del Apóstol Santiago la imagen del santo guerrero ecuestre que acompañó a los
caballeros en sus acciones contra los musulmanes.
La portada lateral de la iglesia continúa los esquemas
clásicos, ornamentados con molduras más pesadas y barrocas, las esculturas de
los nichos son obra de Pedro de Ávila. La portada preside un patio al que se
accede a través de un pórtico con una austera portada adintelada y herreriana
realizada por el arquitecto Francisco de Mora, esta era la entrada al convento
desde la céntrica calle de Santiago.