Fachada del Palacio de Fabio Nelli (Foto de wikipedia) |
Este palacio es un buen ejemplo de cómo, en el
Renacimiento, la arquitectura fue un símbolo de poder, cultura, y riqueza de
sus propietarios. El palacio de Fabio Nelli está considerado como el edificio
renacentista del periodo clasicista más importante de Valladolid.
La construcción del edificio se inició en el periodo en
que Valladolid iniciaba su decadencia, los trabajos duraron unos veinte años,
en los que se sucedieron periodos de paralización de las obras, así como la
sustitución del arquitecto responsable a causa de su muerte. Se decoró
siguiendo el gusto clasicista italiano, siendo su fachada, patio, y escalera
los máximos exponentes de este tipo de arquitectura en Valladolid.
Planta del Palacio |
Fabio Nelli fue un importante banquero vallisoletano
nacido en 1533, que tras la muerte de su padre, Alfonso Nelli completamente
arruinado, se marchó con su madre, Damiana de Espinosa, a Sevilla en compañía de
sus tíos, donde transcurrió su vida profesional. Se casó con Doña Violante de
Rivadeneira, y tuvieron dos hijas, Damiana, que se casó con su primo Hernando
de Rivadeneira y Leonor, que se casó con Cristóbal de Benavente y Benavides,
que más tarde se convirtió en el Conde de Fontemar.
La prosperidad económica que gozaba la ciudad de
Valladolid por ser sede de la Corte atrajo a acaudaladas familias de
comerciantes y banqueros. Fabio Nelli regresó en el año 1576 junto con su
esposa, y decidieron construirse una mansión que transcendiera más allá de su
muerte, era la idea renacentista de construir algo que permaneciese en la
historia. Comenzaron con la compra de unas casas pertenecientes al Conde de
Osorno, que salieron a la venta para saldar las deudas que tenía contraídas con
los acreedores.
Fabio Nelli contrató al arquitecto Juan González de la
Lastra, el cual proyectó una residencia castellana, proyecto que fue alterado
después de su muerte en 1582 por el arquitecto Pedro de Mazuecos el Mozo, que
fue quien le sustituyó. Pedro de Mazuecos el Mozo introdujo elementos de
inspiración italiana, como la fachada simétrica flanqueada por torres y la
situación del acceso en el centro de la misma alineado con la entrada al patio.
Portada del Palacio de Fabio Nelli |
Juan González de la Lastra construyó los cimientos y las
crujías correspondientes siguiendo el esquema habitual en la construcción de
los palacios vallisoletanos, el zaguán situado a la izquierda de la fachada con
las puertas de la calle y el patio desalineadas y evitando así toda la visión
del patio desde la puerta exterior. Tras seis años, la obra de Juan González de
la Lastra quedó truncada por su enfermedad y muerte en 1582, a partir de
entonces el escultor Pedro de la Maza y el arquitecto Pedro de Mazuecos el Mozo
fueron los encargados de continuar con las obras, proyectando y construyendo el
patio y la escalera, obra que finalizaron en 1589. A partir de entonces fue el
propio Fabio Nelli quien se encargó de la dirección de las obras, para ello se
trasladó a vivir a las únicas dependencias que estaban terminadas. Contrató la
fachada al arquitecto Diego de Praves, el cual realizó los planos, aunque estos
fueron modificados por Pedro de Mazuecos el Mozo, cuando después de que las
obras estuviesen paralizadas al menos durante cinco años, Fabio Nelli le
contratase de nuevo para finalizarlas. Durante este periodo habían surgido en
Italia nuevas ideas en el mundo de la arquitectura y Pedro de Mazuecos el Mozo
las aplicó en la fachada del palacio, para ello modificó la ubicación del
zaguán y el tamaño y posición del patio. La nueva disposición se basaba en los
principios de simetría y centralidad ofrecidas por el Renacimiento, a su vez
Fabio Nelli decidió que el edificio debía terminarse siguiendo las tendencias
italianas más recientes.
Fabio Nelli en previsión de que se agotase la línea de
descendencia directa o indirecta, como así fue, fundó una Obra Pía, dejando
escrito que se estableciese en el palacio un hospital y un albergue para
estudiantes pobres, aunque nunca se llevó a cabo. El palacio en un principio
pasó a manos de los sucesores del banquero, y el Marqués de la Vega, nieto de
Fabio Nelli ordenó colocar su escudo en la portada, escudo que se mantiene hoy
día. Años más tarde al no existir más herederos, el palacio pasó a ser administrado
por el Prior y los religiosos del convento de San Pablo, que desde 1774 eran
patronos de las memorias y Obras Pías fundadas por el banquero, y
administradores se sus bienes en nombre de la Chancillería. El palacio sirvió
de residencia a algunos altos cargos religiosos y también a particulares, hasta
que durante la Guerra de la Independencia fue ocupado por las tropas francesas,
utilizándolo como almacén, ocasionándole grandes desperfectos. En 1816 el
palacio fue utilizado para instalar las oficinas de la Real Hacienda, y tras la
desamortización pasó a ser propiedad del Estado, el cual se lo vendió a Felipe
Tablares Maldonado. En el siglo XX volvió a ser adquirido por el Estado y en
1968 fue restaurado para albergar el Museo Arqueológico, trasladándose las
colecciones de Arqueología y Bellas Artes que se encontraban depositadas en el
Colegio de Santa Cruz desde el año 1879, convirtiéndose el palacio en el Museo
Provincial de Arqueología, hoy denominado Museo de Valladolid.
Zaguán de acceso al patio |
Los materiales utilizados en la fachada son la piedra
para el zócalo y el ladrillo en las paredes, apareciendo todo enlucido salvo la
portada, la fachada está enmarcada por dos grandes torreones, consiguiendo de
este modo trasmitir la armonía de su composición, basada en el empleo de la
proporción 1:2, a la que tanto se refirió la arquitectura del Renacimiento. La
portada clasicista se encuentra en el centro de la fachada, y desde su puerta
se accede a través del zaguán al patio de orden corintio, y enfrentado con la
calle. La cornisa tiene un volado de modillones con moldura de talón. La
portada de orden corintio está decorada con una gran carga de significados
iconográficos que reproducen leyendas clásicas y seres alegóricos al gusto de
la sociedad de aquel momento, su puerta es de medio punto y está flanqueada con
dobles columnas estriadas a los lados, sobre ella se aprecia un friso decorado
con amorcillos y figuras vegetales, el segundo cuerpo dispone en el centro de
un balcón con barandilla de bronce, sobre él un dintel con la inscripción “Soli
deo honor y gloria”, y a los lados dobles columnas entre las cuales se disponen
hornacinas. El frontón está partido y en el hueco del centro se sitúa el
escudo, está rematado con pirámides y bolas al gusto escurialense.
Recorriendo el palacio se puede comprobar la calidad
arquitectónica de todos sus elementos, no únicamente basas, capiteles y
columnas, sino también balaustres, cornisas, modillones, impostas, balconadas,
artesonados, yeserías, etc. que nos hablan de la mejor oportunidad que tuvo la
arquitectura palaciega en Valladolid.