viernes, 28 de diciembre de 2012

Palacio de Fabio Nelli

Fachada del Palacio de Fabio Nelli (Foto de wikipedia)


            Este palacio es un buen ejemplo de cómo, en el Renacimiento, la arquitectura fue un símbolo de poder, cultura, y riqueza de sus propietarios. El palacio de Fabio Nelli está considerado como el edificio renacentista del periodo clasicista más importante de Valladolid.

            La construcción del edificio se inició en el periodo en que Valladolid iniciaba su decadencia, los trabajos duraron unos veinte años, en los que se sucedieron periodos de paralización de las obras, así como la sustitución del arquitecto responsable a causa de su muerte. Se decoró siguiendo el gusto clasicista italiano, siendo su fachada, patio, y escalera los máximos exponentes de este tipo de arquitectura en Valladolid.

Planta del Palacio

            Fabio Nelli fue un importante banquero vallisoletano nacido en 1533, que tras la muerte de su padre, Alfonso Nelli completamente arruinado, se marchó con su madre, Damiana de Espinosa, a Sevilla en compañía de sus tíos, donde transcurrió su vida profesional. Se casó con Doña Violante de Rivadeneira, y tuvieron dos hijas, Damiana, que se casó con su primo Hernando de Rivadeneira y Leonor, que se casó con Cristóbal de Benavente y Benavides, que más tarde se convirtió en el Conde de Fontemar.

            La prosperidad económica que gozaba la ciudad de Valladolid por ser sede de la Corte atrajo a acaudaladas familias de comerciantes y banqueros. Fabio Nelli regresó en el año 1576 junto con su esposa, y decidieron construirse una mansión que transcendiera más allá de su muerte, era la idea renacentista de construir algo que permaneciese en la historia. Comenzaron con la compra de unas casas pertenecientes al Conde de Osorno, que salieron a la venta para saldar las deudas que tenía contraídas con los acreedores.

            Fabio Nelli contrató al arquitecto Juan González de la Lastra, el cual proyectó una residencia castellana, proyecto que fue alterado después de su muerte en 1582 por el arquitecto Pedro de Mazuecos el Mozo, que fue quien le sustituyó. Pedro de Mazuecos el Mozo introdujo elementos de inspiración italiana, como la fachada simétrica flanqueada por torres y la situación del acceso en el centro de la misma alineado con la entrada al patio.

Portada del Palacio de Fabio Nelli

            Juan González de la Lastra construyó los cimientos y las crujías correspondientes siguiendo el esquema habitual en la construcción de los palacios vallisoletanos, el zaguán situado a la izquierda de la fachada con las puertas de la calle y el patio desalineadas y evitando así toda la visión del patio desde la puerta exterior. Tras seis años, la obra de Juan González de la Lastra quedó truncada por su enfermedad y muerte en 1582, a partir de entonces el escultor Pedro de la Maza y el arquitecto Pedro de Mazuecos el Mozo fueron los encargados de continuar con las obras, proyectando y construyendo el patio y la escalera, obra que finalizaron en 1589. A partir de entonces fue el propio Fabio Nelli quien se encargó de la dirección de las obras, para ello se trasladó a vivir a las únicas dependencias que estaban terminadas. Contrató la fachada al arquitecto Diego de Praves, el cual realizó los planos, aunque estos fueron modificados por Pedro de Mazuecos el Mozo, cuando después de que las obras estuviesen paralizadas al menos durante cinco años, Fabio Nelli le contratase de nuevo para finalizarlas. Durante este periodo habían surgido en Italia nuevas ideas en el mundo de la arquitectura y Pedro de Mazuecos el Mozo las aplicó en la fachada del palacio, para ello modificó la ubicación del zaguán y el tamaño y posición del patio. La nueva disposición se basaba en los principios de simetría y centralidad ofrecidas por el Renacimiento, a su vez Fabio Nelli decidió que el edificio debía terminarse siguiendo las tendencias italianas más recientes.

            Fabio Nelli en previsión de que se agotase la línea de descendencia directa o indirecta, como así fue, fundó una Obra Pía, dejando escrito que se estableciese en el palacio un hospital y un albergue para estudiantes pobres, aunque nunca se llevó a cabo. El palacio en un principio pasó a manos de los sucesores del banquero, y el Marqués de la Vega, nieto de Fabio Nelli ordenó colocar su escudo en la portada, escudo que se mantiene hoy día. Años más tarde al no existir más herederos, el palacio pasó a ser administrado por el Prior y los religiosos del convento de San Pablo, que desde 1774 eran patronos de las memorias y Obras Pías fundadas por el banquero, y administradores se sus bienes en nombre de la Chancillería. El palacio sirvió de residencia a algunos altos cargos religiosos y también a particulares, hasta que durante la Guerra de la Independencia fue ocupado por las tropas francesas, utilizándolo como almacén, ocasionándole grandes desperfectos. En 1816 el palacio fue utilizado para instalar las oficinas de la Real Hacienda, y tras la desamortización pasó a ser propiedad del Estado, el cual se lo vendió a Felipe Tablares Maldonado. En el siglo XX volvió a ser adquirido por el Estado y en 1968 fue restaurado para albergar el Museo Arqueológico, trasladándose las colecciones de Arqueología y Bellas Artes que se encontraban depositadas en el Colegio de Santa Cruz desde el año 1879, convirtiéndose el palacio en el Museo Provincial de Arqueología, hoy denominado Museo de Valladolid.

Zaguán de acceso al patio

            Los materiales utilizados en la fachada son la piedra para el zócalo y el ladrillo en las paredes, apareciendo todo enlucido salvo la portada, la fachada está enmarcada por dos grandes torreones, consiguiendo de este modo trasmitir la armonía de su composición, basada en el empleo de la proporción 1:2, a la que tanto se refirió la arquitectura del Renacimiento. La portada clasicista se encuentra en el centro de la fachada, y desde su puerta se accede a través del zaguán al patio de orden corintio, y enfrentado con la calle. La cornisa tiene un volado de modillones con moldura de talón. La portada de orden corintio está decorada con una gran carga de significados iconográficos que reproducen leyendas clásicas y seres alegóricos al gusto de la sociedad de aquel momento, su puerta es de medio punto y está flanqueada con dobles columnas estriadas a los lados, sobre ella se aprecia un friso decorado con amorcillos y figuras vegetales, el segundo cuerpo dispone en el centro de un balcón con barandilla de bronce, sobre él un dintel con la inscripción “Soli deo honor y gloria”, y a los lados dobles columnas entre las cuales se disponen hornacinas. El frontón está partido y en el hueco del centro se sitúa el escudo, está rematado con pirámides y bolas al gusto escurialense.

            Recorriendo el palacio se puede comprobar la calidad arquitectónica de todos sus elementos, no únicamente basas, capiteles y columnas, sino también balaustres, cornisas, modillones, impostas, balconadas, artesonados, yeserías, etc. que nos hablan de la mejor oportunidad que tuvo la arquitectura palaciega en Valladolid.