Iglesia de San Agustín (actual Archivo Municipal) |
La iglesia de San Agustín es la única parte que se
mantiene en pie del convento que fundaron los agustinos en 1407, cuando estos
se trasladaron a unas casas con corrales y huertas situadas en el barrio
medieval del “Reoyo”, las cuales fueron donadas por Ruy López Dávalos,
Condestable de Castilla y su mujer Elvira de Guevara y que pertenecían en un
principio a Catalina de Lancaster, esposa de Enrique III. El convento quedó
organizado hacía el año 1416, y en los sucesivos años fue ampliándose con la
adquisición de numerosas casas de los alrededores, así como huertos y terrenos
cercanos.
Planta de la iglesia |
El convento se mantuvo en funcionamiento hasta el siglo
XIX y concretamente hasta el año 1801, en el cual las tropas francesas en su
camino hacía Portugal, lo utilizaron de albergue y almacén, causando en él
grandes destrozos, más adelante lo volverían a utilizar durante la Guerra de la
Independencia expoliando lo que quedaba. En el año 1814, tras la salida de
ejército francés se reanudó la vida monástica, aunque tan solo con cuatro monjes.
El convento fue nuevamente desalojado durante el Trienio Liberal, volviéndose a
utilizar una vez más hasta el año 1835, en el que la desamortización acabó
definitivamente por cerrar el convento de San Agustín. Las instalaciones del
convento, que ya presentaban un aspecto lamentable, fueron cedidas a la
Hacienda militar para usarlas como cuartel y fuerte, junto con las propias del
monasterio de San Benito. Se tiene constancia de que en el año 1864, el
convento de San Agustín se utilizaba como panadería militar y su iglesia servía
de granero para los caballos de la guarnición.
La iglesia estaba completamente desmantelada a comienzos
del siglo XX, y en 1925 se demolió la residencia de los monjes y parte del
claustro, trasladándose su arquería al
Museo Arqueológico, años después se colocó en el Campo Grande, para más
adelante depositar 16 de sus arcos en el Museo Nacional de Escultura y en la
Calle Cadenas de San Gregorio junto a la “Casa del Sol”. En 1940 tanto la
iglesia como el resto del conjunto monástico se encontraban en un estado
ruinoso, y a raíz de un informe redactado a instancias de la Academia de Bellas
Artes de San Fernando, en el cual se reseñaba el escaso valor artístico del
conjunto, se barajó la posibilidad de su demolición para construir un cuartel
de intendencia. En 1942 la Hacienda militar decidió ceder las ruinas de San
Agustín al Ayuntamiento de Valladolid, cesión que no se llevó a efecto hasta el
año 1966, permaneciendo estas sin uso, salvo para la organización de algunos
eventos culturales, hasta el año 2002, en el que se acometió el proyecto de
restauración de la iglesia, única parte que quedaba, para adecuarla como sede
del Archivo Municipal, en el cual se guarda documentación que data desde el
siglo XII hasta la actualidad, donde destaca como el documento más antiguo, un
privilegio de Enrique I de Castilla, por el cual se dona al concejo de
Valladolid, la villa y el castillo de Cabezón de Pisuerga en reconocimiento de
la fidelidad al rey del concejo frente a los enfrentamientos con la nobleza.
Arquería original del claustro ubicada en la fachada actual |
Antiguo claustro (Grabado de Miguel A. Soría) |
Las primeras referencias sobre la fecha de construcción
de la iglesia se remontan hacía 1550, año en el que una bula papal concede al
convento un remanente económico para la construcción del templo. Las obras
fueron iniciadas por Hernando del Hoyo y Rodrigo de la Cantera, bajo el
patronazgo de Felipe de Tassis, estas comenzaron por la cabecera y el crucero del templo, también se
construyeron las dos primeras capillas del cuerpo de la iglesia. Las obras prosiguieron
en 1619 siguiendo las trazas de Diego de Praves, el cual para conservar las
proporciones de la cabecera y el crucero, utilizando una planta consistente en
una nave central con capillas entre los contrafuertes, tuvo que forzar las
proporciones de la nave hasta alcanzar bastante altura, corrigiendo su exceso
en la fachada de los pies, independizándola del espacio interior. En su
interior el templo resulta bastante espacioso, está formado por una sola nave
alargada, con cinco capillas por cada lado entre los contrafuertes, las dos
últimas bajo el coro, que se alzaba sobre una bóveda de aristas, el crucero
estaba cubierto con una cúpula vaída trasdosada, señalándose al exterior con un
cimborrio, y la nave se cubría con una bóveda de cañón realizada en ladrillo y
blanqueada con cal. Adosadas a la iglesia se construyeron varias capillas
funerarias, de las que ninguna ha llegado hasta nuestros días, como la del
banquero italiano Fabio Nelli, propietario del cercano palacio que lleva su
nombre.
La construcción de la iglesia se prolongó entre los años
1550 y 1627 utilizándose dos estilos diferenciados en cada una de sus dos
etapas, uno el tardo-gótico, inspirado en la Colegiata jesuítica de Villagarcía
de Campos, y el otro, el clasicista al que corresponde la fachada principal,
donde se encuentran los escudos de los condes de Villamediana.
El proyecto de obras para la rehabilitación de la iglesia
de San Agustín se aprobó en Pleno el 8 de junio de 2001, y el edificio fue
inaugurado el 2 de mayo de 2003, como recordatorio del antiguo edificio conventual,
se instaló la arquería original del claustro del convento de San Agustín,
formando un ángulo recto, evocando la situación original del mismo antes de su
traslado. Después de la realización de varios sondeos en el ámbito de la
iglesia, se han hecho excavaciones, de las que han resultado tres niveles
arqueológicos, el primero de acceso libre, convertido en una zona ajardinada,
el segundo, al que solo se puede acceder a través de visitas guiadas dada la
delicadeza de las instalaciones, y un tercero que corresponde con los restos
del propio convento de 1407.
Localización de los conventos de la zona según el plano de Bentura Seco (1.738) |