San Quirce y Santa Julita |
El convento de religiosas de la regla cisterciense de San
Bernardo se instaló en Valladolid en 1256, es una de las comunidades más
antiguas establecidas en Valladolid, tan solo superada por el monasterio de Las
Huelgas. El primer emplazamiento fue en las afueras de la ciudad, en el margen
derecho del río Pisuerga, denominándose en un principio “Convento de Santa
María de las Dueñas”. En el siglo XIV se trasladaron al lugar que ocupan
actualmente, aprovechando unas casas cedidas por un noble de la familia de los
Ulloa. El convento recibió un gran apoyo económico por parte de Doña Teresa
Gil, infanta de Portugal y de la reina Doña María de Molina, las cuales en sus
testamentos de 1307 y 1321 respectivamente legaron importantes cantidades,
también contó con el patronazgo de varios monarcas. En 1499 el obispo de
Palencia Fray Alonso de Burgos aportó dinero para la construcción del
monasterio, y este estuvo dependiendo del monasterio de San Benito hasta el año
1632, en el que el Papa Urbano VIII, le desligó de dicha dependencia.
El edificio actual se comprometió a construirlo el
arquitecto Francisco de Praves siguiendo sus propias trazas, las cuales fueron
aprobadas en 1621. El proyecto comprendía el cuerpo de la iglesia mayor, la
sacristía, sala capitular, escalera, claustro, sobreclaustro, el pasadizo que
comunicaba la iglesia con el Palacio Real, y también la construcción de una
capilla perteneciente a la monja profesa Doña María de Colón. El conjunto se
concluyó en 1632, aunque el desbordamiento del Pisuerga en 1636 causó
importantes daños en la iglesia y en el coro, y este tuvo que ser reconstruido
en 1743 ya que se encontraba en mal estado.
La iglesia es clasicista de cruz latina, con el crucero
poco marcado en planta. Esta cubierta con una bóveda de medio cañón con fajones
decorada con yeserías formando dibujos geométricos, el crucero se cubre
mediante una cúpula de media naranja sobre pechinas, donde se abren ventanas
siguiendo el estilo de Francisco de Praves. El interior está enyesado y
blanqueado según el sistema habitual, destacan en el lado de la Epístola los
balcones-tribuna y el palco que estuvo comunicado con el Palacio Real a través
del pasadizo. El coro está cubierto con una bóveda de cañón con lunetos, tiene
una lujosa decoración barroca y es una de las obras más lujosas del barroco
vallisoletano. La iglesia dispone de una espadaña de dos cuerpos típicamente
conventual.
Interior de la iglesia (Foto de http://vallisoletvm.blogspot.com) |
La iglesia carece de fachada monumental, tan solo dispone
de una portada de piedra entre dos contrafuertes a la que se accede desde la
Plaza de la Trinidad. Consta de un vano adintelado con un amplio entablamento,
y sobre este una pequeña portada rematada con un frontón triangular, decorada
con bolas, en cuyo centro se puede apreciar un relieve que recrea temas
relacionados con La Virgen, y a ambos lados los escudos del convento.
Del interior destaca su retablo mayor, el cual ocupa todo
el ábside, está formado por dos cuerpos, el primero dividido por cuatro
columnas salomónicas, presenta en su centro la imagen de San Bernardo, y entre
las columnas las de San Benito y Santa Escolástica, que junto con las de San
Quirce y Santa Julita ambas situadas a los pies del retablo, fueron realizadas
por Juan de Ávila. El segundo cuerpo presenta un bajo relieve de la Asunción de
la Virgen.
Interior de la iglesia (Foto de http://vallisoletvm.blogspot.com) |
Para la realización del conjunto, según se especificaba
en el contrato se emplearon materiales sencillos, como piedra, ladrillo,
mampostería y tapial. De las dependencias originales apenas quedan restos, tan
solo ha subsistido una parte del claustro, el cual constaba de tres pisos y
estaba realizado en ladrillo con pilares y arcos de medio punto.
Desde el 1 de septiembre de 1993 tiene en este convento
su sede La Cofradía Penitencial de la Sagrada Pasión de Cristo, la cual fue
fundada en 1531.