Monasterio de Santa María la Real de Huelgas |
Fue fundado en 1282 por la reina Doña María de Molina,
época en la que se comenzaba a edificar la segunda muralla de la ciudad; el
monasterio de la orden cisterciense fue fundado bajo la advocación de Santa
María la Real de las Huelgas, para ello la reina María de Molina no dudó en
donar su propio palacio de la Magdalena situado en los extramuros de la ciudad.
Poco antes de la muerte de la fundadora en 1320, el monasterio estaba en
funcionamiento y pocos años después fue incendiado por las tropas de Alfonso XI
durante la represión de 1328 que sufrió la ciudad tras su sublevación,
salvándose tan solo la sala capitular, alguna estancia principal y la fachada,
aunque con importantes daños.
Actualmente, prácticamente ya no queda nada del monasterio inicial, lo más antiguo es el
sepulcro de María de Molina del siglo XV y una puerta construida en ladrillo de
estilo mudéjar que perteneció en origen al palacio de María de Molina y que
constituye el único ejemplo de
arquitectura mudéjar existente en
Valladolid. Existen noticias de que esta puerta desempeñó la función de
campanario de la vecina iglesia de la Magdalena durante los siglos XV y XVI.
La iglesia actual fue construida a finales del siglo XVI
siguiendo las trazas de Juan Ribero de Rada, Juan de Nates y Mateo Elorriaga,
siendo estos dos últimos los encargados de dirigir la obra. La construcción se
inició en el año 1579 y el templo se bendijo en 1599.
La iglesia es de estilo clasicista romano, con fuertes
influencias de la Colegiata de Villagarcía de Campos, está construida de
ladrillo y tapial, aunque a veces aparece la piedra, es bastante austera y
sencilla, no presentando ninguna fachada monumental, sino una simple portada
adintelada.
Planta de la iglesia |
La iglesia constituye un ejemplo del purismo arquitectónico
del renacimiento español, tiene planta rectangular con cruz latina inscrita,
está formada por una sola nave de tres tramos separados por pilastras corintias
que reciben arcos fajones, está cubierta con bóveda de cañón con lunetos que
acogen huecos para la iluminación, y decorada con yeserías planas con motivos
geométricos, el crucero se cubre con una cúpula vaída ciega sin cimborrio al
exterior y apoyada sobre pechinas. Entre los contrafuertes se abren
capillas-hornacinas cubiertas con cúpulas decoradas con yeserías planas, las
cuales se iluminan mediante óculos. La cabecera se reparte entre el presbiterio
rectangular y dos dependencias a cada lado, en el centro del crucero se
conserva el sepulcro realizado en alabastro de Doña María de Molina, quien
ordenó en su testamento, fechado en el año 1321, que fuera enterrada en ese
lugar, dicho sepulcro fue construido hacia los años 1410-1440 y reformado en el
1600. A los pies de la iglesia se dispone un coro bajo, el cual se abre a la
nave mediante un gran arco protegido con una rejería.
Retablo de la iglesia (Foto de Luis Fernández García) |
El retablo mayor fue trazado por Francisco de Praves y
ensamblado por Francisco Velázquez, siendo las esculturas y relieves de
Gregorio Fernández, el cual trabajó en ellas hacia 1613, las pinturas y
policromías son obra de Mateo de Prado. Está organizado en dos cuerpos con
cinco calles separadas por columnas corintias, en la calle central se pude
contemplar la escena de Cristo desclavándose de la cruz para abrazar a San
Bernardo, y encima de esta escena un relieve de la Asunción de María. En el
ático se encuentra un calvario.
Las rejas de las capillas-hornacinas son obra de Juan del
Barco. En el coro bajo se guarda un Cristo de Juan de Juni, y en el crucero, al
lado del Evangelio se encuentra un órgano barroco fabricado en Valladolid por
Juan Casado Valdivieso en 1706, el cual
originalmente estuvo colocado en el coro. En el interior del monasterio
existen dependencias anteriores al templo actual, como la puerta mudéjar, el
torreón del siglo XV, y la sala capitular del siglo XVI.
Órgano barroco de 1706 (Foto de Luis Fernández García) |
La construcción del claustro se inició en 1621 bajo la
dirección de Francisco de Praves, es muy sobrio, de planta cuadrada y formado
por dos pisos. El inferior construido en piedra, con grandes arcos de medio
punto sobre pilastras toscanas, y el superior realizado en ladrillo con
ventanas adinteladas. El claustro se construyó junto con los dormitorios de las
monjas, existió un segundo claustro de similares características que fue
parcialmente demolido en los años setenta, cuando el edificio fue sometido a
una masiva reforma arquitectónica.