miércoles, 16 de enero de 2013

Palacio de Pimentel

Palacio de Pimentel

            Su construcción fue iniciada en el siglo XV por orden del Marqués de Astorga, pasando posteriormente a ser propiedad de Don Bernardino Pimentel. Siendo él, el propietario, y estando albergada en el palacio la familia real para asistir a las Cortes celebradas en Valladolid en abril del año 1527, la emperatriz Isabel de Portugal, esposa de Carlos V, alumbró el 21 de mayo de 1527 al príncipe heredero Felipe II. Para su bautizo se fabricó un pasadizo elevado que unía el altar mayor de la iglesia de San Pablo con el palacio, para que la familia real discurriera por él sin pisar la calle, estaba construido con madera y enguirnaldado de frutos y alegorías renacentistas. El pasadizo se iniciaba en el primer descansillo de la escalera situada entonces hacía la Calle Cadenas de San Gregorio, para lo cual se utilizó una ventana como salida hacía la calle, dicha ventana se puede reconocer hoy en día por la cadena que cuelga de ella. Existe una leyenda que cuenta que Felipe II fue sacado por dicha ventana de Cadenas de San Gregorio para que fuese bautizado en la iglesia de San Pablo, ya que si hubiese salido por la puerta del palacio, debería haber sido bautizado en la parroquia de San Martín.

Pasadizo utilizado en el bautizo de Felipe II, según se describe en los azulejos del zaguán

            En el año 1530 el palacio pertenecía a Don Juan Hurtado de Mendoza, conde de Rivadavia, y perteneció a su familia hasta el año 1849, en el cual fue vendido a Mariano Reinoso, a quien se lo compró la Diputación Provincial de Valladolid en 1875 para instalar en él su sede, la cual se mantiene hoy día. Hacía el año 1988 el palacio se rehabilitó siguiendo el proyecto del arquitecto Ángel Ríos, con la intención de recuperar el carácter nobiliario el edificio.

Planta del palacio

            El edificio que ha llegado a nuestros días es el fruto de grandes transformaciones y reformas que se han efectuado con el transcurrir de los años, donde se han ido incorporando elementos de épocas posteriores a la de la construcción del palacio en el siglo XV. El edificio es un claro ejemplo de la arquitectura palaciega de Valladolid, se organiza en torno a un patio porticado, al que se accede a través de un zaguán, que se comunica con la calle siguiendo la tradición mudéjar de eje desalineado para evitar de esta forma que se pueda ver el patio desde la calle. El zaguán tiene forma rectangular y está cubierto mediante un artesonado de bóveda. Entre los años 1939 y 1940 el zócalo del zaguán fue decorado con azulejos, en los cuales se representan episodios de la historia de Valladolid, esta decoración fue realizada por el talaverano J. Ruiz de la Luna.

            Entre los episodios que se representan en el zócalo del zaguán está el bautizo de Felipe II, su coronación como Rey de Castilla, el regreso de Felipe II a Valladolid coronado como rey, el incendio que destruyó el centro de la ciudad, Felipe II ordenando su reconstrucción, y así hasta un total de doce escenas históricas de Valladolid.

            El palacio está construido con adobe y tapial, aunque posteriormente revestido de ladrillo, el torreón de la esquina, la portada, y el zócalo, están realizados en piedra. Consta de dos alturas en el cuerpo principal y tres en el torreón. Lo más sobresaliente del exterior es la ventana situada en la esquina del palacio, está decorada con motivos escultóricos estrechamente relacionados con el estilo de Diego de Siloe, la decoración de la ventana pertenece al estilo plateresco, y en ella surgen de un modo caprichoso tallas de seres que tienen mezcla de hombres, animales y plantas.

Detalle de la  ventana renacentista situada en la esquina de la fachada

            La puerta de entrada está formada por un arco rebajado con decoración tardogótica, encima de este se abre el balcón principal entre dos escudos de los Rivadavia. Es un tipo de portada muy característica de los palacios españoles. En el interior del palacio han sido colocados dos importantes artesonados mudéjares, uno adornando el Salón de Sesiones de la Diputación Provincial procedente de la iglesia parroquial de Villafuerte de Esgueva, y el otro en el Salón de Grados procedente del Colegio de San Gregorio de finales del siglo XV.

Patio del palacio