Puerta de acceso al convento |
El convento de Santa Isabel tiene su origen en el año
1472, cuando Doña Juana de Hermosilla estableció en este lugar un beaterio de
religiosas franciscanas. El Papa Inocencio VIII concedió en 1488 la
autorización para la fundación del convento de terciarias franciscanas, el cual
pasó a ser de clausura hacia los años 1620 - 1630.
De la arquitectura del convento destaca la iglesia y el
claustro anejo parcialmente mutilado en su ala sur a consecuencia de su derribo
para la construcción de una nueva residencia en los años 70. La construcción de
la iglesia se concertó con Bartolomé Solórzano en 1506, siendo abadesa Doña
Isabel de Solórzano, y fue terminada hacia 1513. Tiene planta rectangular, es
de tipo caja con la anchura igual a la altura y está dividida en tres tramos de
los cuales uno corresponde al coro. Está cubierta con bóvedas de crucería
estrellada con terceletes, respondiendo a los modelos evolucionados del gótico
palentino.
El coro, situado a los pies de la iglesia está soportado
por arcos escarzanos, dispone de dos voladizos laterales y se cierra a las
vistas de la iglesia mediante celosías caladas con motivos góticos y
entrelazados geométricos similares a los del claustro, sobre estas se pude
observar un friso de ornamentación clasicista que pudo provenir de las reformas
realizadas por el arquitecto Manuel Godoy en el año 1720 a consecuencia de los desperfectos
ocasionados por la caída de un rayo. El coro contiene una sillería de nogal del
siglo XVI formada por treinta y tres sitiales con decoración gótica.
Planta del convento |
El claustro de planta trapezoidal sigue el modelo de los
claustros del Colegio de Santa Cruz y es muy similar al del convento de las Comendadoras
de Santa Cruz, desde él se accede a los espacios conventuales, sala capitular y
refectorio en la planta baja, y celdas y algunos oratorios en la planta alta.
El claustro se organiza en dos niveles con cuatro crujías de grandes
proporciones, el piso bajo dispone de elevadas columnas toscanas de piedra con
arcos adintelados sobre zapatas de madera, se cierra con antepechos de celosía
realizados en yeso con diseños variados de inspiración mudéjar. El piso alto
también dispone de columnas toscanas de piedra, pero en este caso los arcos son
escarzanos, los antepechos calados de esta planta muestran una gran variedad en
su decoración siguiendo la tradición de la arquitectura vallisoletana. El
pavimento del claustro está formado por un enchinarrado a modo de alfombra
mostrando diversos motivos geométricos.
Claustro del convento |
En la zona de clausura destaca la Capilla de San
Francisco del siglo XVI adquirida en 1550 por el doctor Francisco de Espinosa
para su enterramiento, está cubierta con una bóveda de crucería, y recorrida
con un zócalo con banco realizado con azulejos coloreados del tipo Talavera.
Preside la capilla un retablo realizado por Juan de Juni en el que se puede
apreciar la figura del San Francisco, y un altar de azulejería. La capilla
dispone de una ventana con reja que comunica con la iglesia.
El retablo mayor fue realizado en 1613 por el ensamblador
Francisco Velázquez siguiendo las trazas de Melchor de Beya, se divide en
banco, dos cuerpos y ático, en él destaca un grupo escultórico de Gregorio
Fernández situado en el centro del segundo cuerpo que representa a Santa Isabel
dando limosna a un pobre, se complementa con relieves en el banco, paneles con
los misterios gozosos, un calvario, y seis tallas realizadas por Juan Imberto.
El interior del convento es sede de un museo donde se
puede admirar una gran colección de pinturas y esculturas de importantes
artistas, así como una gran cantidad de utensilios propios del convento.